La vida material

La aparición de nuevas vanguardias en la segunda mitad del siglo XX, como el Arte Povera, Fluxus o el Land Art, denota un desplazamiento de la mirada de los artistas hacia los ecosistemas urbanos y naturales, en los que emergen los materiales (objetos encontrados, deshechos, fragmentos industriales) con tanta fuerza como los procesos de los que aquellos forman parte (transformación, descomposición, ensamblaje). Muchas obras serán, de ese modo, entendidas como manifestaciones de tales procesos y como ubicaciones del taller expandido en múltiples lugares y hábitats. Si las obras vuelven, así, al espacio museístico, será para reivindicarlo como lugar de observación de las fuerzas, tensiones y paradojas que afectan, casi antes que a las formas, a los materiales e historias que las constituyen. El estado de constante transformación del mundo físico, la circulación y almacenaje de mercancías, la temporalidad del material en su exposición al exterior marcan el modo en que muchas de estas obras se hacen presentes y se exacerban en la actualidad. Tanto la volatilidad de la esfera digital como la sobrecarga de los ecosistemas a causa del desarrollo industrial descontrolado nos obligan a preguntarnos si el giro material en la historia del arte reciente es la manifestación de una conciencia avanzada de los recursos, las energías y los procesos complejos que articulan el mundo contemporáneo.