Raquel Asensi

Bilbao, 1989

Raquel-Asensi

Lo natural y lo artificial se funden en un solo elemento en la obra de Raquel Asensi mediante la performance, la palabra o el objeto escultórico. En una de sus piezas, la cerámica se convierte en el medio que fusiona ambos mundos, convirtiendo una máscara de loza en una extensión del cuerpo que regresará al entorno a través de su descomposición. En otra, la artista “petrifica” las huellas de algas del mar cantábrico en gres vidriado, utilizando sus cenizas para generar distintos efectos sobre el material, a modo de testimonio de la deforestación que sufren los bosques submarinos debido al cambio climático. Asensi transforma la brutalidad de nuestro tiempo en belleza, condensándola con el fin de llamar la atención sobre ella y de generar espacio para la reflexión en torno a la frenética dinámica de esta era y su condición efímera.