Naturalezas muertas

“Cuando acudes a la escuela de arte, haces botellas. Tenía aquellas preciosas botellas. Era como volver a hacer de nuevo algo que hiciste muchos años atrás. Me encanta la sensación que genera”
Alice Neel: Patricia Hills, Alice Neel, 1983

Otro género que no escapa a la perspicaz pincelada de Neel es el de la naturaleza muerta, que le proporciona atractivas oportunidades de experimentar con la abstracción y también de hacer evidente su humor, como ejemplifica su particular representación del Día de Acción de Gracias. Al igual que en sus retratos, Neel crea desde temprano en los bodegones una intimidad inusual en las pinturas de este género, y refleja la transitoriedad de nuestro mundo a través del carácter efímero de los elementos representados. Incluso para homenajear a un amigo fallecido la artista recurre a este género, que en su caso tiene también connotaciones propias de la vanitas del Barroco. Una naturaleza muerta no deja de ser un retrato de ausencias, pues, detrás de cualquier objeto dispuesto o preparado para ser inmortalizado, hay una elección humana meditada.