Sección VI - Un artista europeo en Suiza (1946–1980)

En 1949, el Museum of Modern Art de Nueva York dedicó a Kokoschka una amplia retrospectiva, que le consagró como influyente artista internacional y le permitió realizar más retratos de importantes políticos. A partir de 1953 se estableció en la ciudad suiza de Villeneuve, a orillas del lago Lemán.

Posicionándose con vehemencia contra la tendencia general hacia la abstracción, en 1953 fundó en Salzburgo la Escuela de la Mirada, que ofrecía una enseñanza basada en las imágenes y la observación, tomando como punto de partida la metodología del pedagogo y filósofo del siglo XVII Jan Amos Komenský, conocido como Comenio.
 
En aquel periodo, Kokoschka se definía como gran europeísta y ferviente defensor de un continente unido. A la búsqueda de la (re)construcción de una cultura europea común, el artista representó cada vez más escenas mitológicas y tragedias griegas. Desde el mito de Prometeo hasta la comedia de Aristófanes Las ranas, recurría a estas historias ejemplares como vía para analizar esa coyuntura en Europa y ofrecer un comentario crítico de la misma.
 
Sus obras tardías ponen de manifiesto una radicalidad pictórica próxima a la de su trabajo inicial. La crudeza sin concesiones de sus creaciones y el impulso de su pincelada abren camino a una nueva generación de artistas. Kokoschka mantuvo hasta el momento de su muerte una fe inquebrantable en el potencial subversivo de la pintura como vehículo para la emancipación y la educación.