Casas antiguas de Krumau, 1914
Casas antiguas de Krumau, 1914
Lápiz y color opaco
32,5 x 48,5 cm
Albertina, Viena
Sé que uno entre mil vive para amar a las personas, los animales, las plantas y las cosas; que percibe lo orgánico en todas las cosas; que puede ver la vida interior de las plantas y, en su expresión, el aliento vivo de sus rostros
—Egon Schiele (1)
Al igual que muchos otros artistas de su época, especialmente en Francia y Alemania, Egon Schiele (Tulln, Austria, 1890–Viena, 1918) sentía que la proximidad a la naturaleza favorecía la creatividad (2). También creía que la naturaleza tenía cualidades antropomorfas. Así, sus paisajes tienen mucho en común con sus retratos. Los nudosos árboles tienen los mismos contornos dentados que los brazos y piernas de sus modelos. Sus girasoles se yerguen en soledad, carentes de entorno, como los alienados individuos de sus retratos. Incluso las casas de sus paisajes, con sus ventanas iluminadas, sugieren ojos que parpadean en la noche.
Los paisajes de Schiele también son parte de su búsqueda de lo divino en la naturaleza. Como los artistas del Romanticismo, utilizaba las formas naturales que sugerían signos o símbolos. Sus árboles pueden evocar la cruz, mientras que sus troncos de madera sugieren el interior de una iglesia gótica (3). En su poesía también trata este tema. En el poema “Tannenbaum” (“abeto”, 1910), escribe: “Entro en el corazón de la catedral negra-roja del denso bosque de abetos que vive sin ruidos y se contempla en su mímico gesto” (4)
Los paisajes urbanos de Schiele también comparten algunos aspectos con sus retratos. Evidencian su interés por perspectivas inusuales y suelen mostrarse como vistos desde arriba. Para pintar sus retratos, Schiele se subía a una escalera y para sus paisajes, solía subirse a una torre. Ello revela su interés por la composición bidimensional que, sin embargo, mantiene su integridad espacial.
A partir de 1911, Schiele se enfrenta al paisaje rural y urbano con un estilo diferente. Sus pinturas empiezan a presentar cierto aura de decadencia, de soledad, de desespero y de desastre inminente. Sus paisajes urbanos presentan pueblos viejos y desolados que sugieren una visión pesimista de la vejez y, al fin, de la muerte (5).
Casas antiguas de Krumau, 1914, muestra una colina de las afueras, sobre el río Moldava, poblada de casas. Como en sus retratos, Schiele evita gran parte del entorno, omitiendo incluso el río y los detalles de las casas que lo bordean. El gouache se detiene antes de llegar a las edificaciones de la parte más baja, que no presentan color, están bosquejadas a lápiz negro, sus estructuras están incompletas y solo esporádicamente presentan sombreados. Mientras que la pintura indica su interés por la bidimensionalidad como su mentor, Gustav Klimt (1862–1918), la fascinación de Schiele por la estructura y la línea es, asimismo, evidente. La obra da la sensación de que estas son casas “antiguas”, entre las que se cuenta la más vieja de Krumau, Alemania (en la actualidad, Český Krumlov, en la República Checa); se descomponen y se desmoronan ante nuestros ojos en un boceto inconcluso en blanco y negro.
1. Helmut Friedel y Helena Perena, eds. Egon Schiele: The Unsalvageable Ego: Works from the Albertina, exh. cat. (Colonia: Wienand, 2012), pág. 116.
2. Egon Schiele: The Leopold Collection, Vienna, cat. expo. (Colonia: DuMont; Nueva York: Museum of Modern Art, 1998), pág. 19.
3. Friedel y Perena, Egon Schiele, pág. 112.
4. Egon Schiele, “Tannenbaum” (1910), citado en ibíd.
5. Egon Schiele: The Leopold Collection, págs. 19 y 238.
Preguntas
Pida a sus alumnos que compongan una lista de adjetivos para describir lugares. Puede incluir palabras como espacioso, soleado, siniestro, abarrotado y excitante. En grupo, observen Casas antiguas de Krumau y pídales que trabajen con un compañero para identificar qué palabras de la lista encajarían con el lugar del cuadro. Deben argumentar su elección con referencias a la obra. ¿Añadirían adjetivos nuevos a su lista? ¿Qué hizo Schiele para crear un lugar que evocara las palabras que han elegido? Anímeles a pensar en elementos como el color, la perspectiva, la línea y la pincelada.
Algunos podrían decir que esta obra parece estar inacabada, ¿por qué? Pida a sus alumnos que piensen por qué Schiele tomó la decisión de dejar la obra aparentemente inconclusa (es decir, por qué eligió dejar sin color la mitad inferior, la falta de detalles en las estructuras de las casas, o la ausencia de entorno). Pídales que reflexionen sobre algún momento en el que hayan realizado una obra. ¿Cómo supieron que la habían terminado?
Schiele a menudo veía cualidades humanas en la naturaleza y en las viejas ciudades que pintó. Muchas de sus obras presentan elementos antropomorfos. Defina este término para sus alumnos y apórteles ejemplos. Lea la cita que aparece al inicio de esta sección en voz alta. ¿Hay algo en esta obra que sus alumnos consideren como antropomorfo? Pídales que imaginen que estas casas pudieran hablar, ¿qué dirían? ¿Cómo actuarían? ¿Qué personalidad tendrían?
Pida a sus alumnos que piensen en las palabras “mirar” y “ver”. ¿Creen que hay diferencia entre las dos? Schiele distinguía estas acciones; consideraba que “mirar” es algo más superficial y no exige ninguna atención particular, mientras que “ver” era para él un proceso consciente que exigía también percibir, conocer, juzgar y pensar (1). Decía que solo los pintores podían “ver” realmente. “El pintor también puede mirar. Pero ver es algo más” (2). ¿Qué opinan sus alumnos de esta idea? Vuelvan a mirar la obra de nuevo. ¿Qué creen que Schiele vio en estas viejas casas?
1. Friedel y Perena, Egon Schiele, pág. 120.
2. Ibíd., pág. 126.