2Homme qui marche I

Hombre que camina I (Homme qui marche I), 1960

“Como si el material en sí se hubiera convertido en una ilusión. Tienes una cierta cantidad de arcilla, y al principio sientes que has dado más o menos el volumen correcto. Y luego, para hacerlo más real, lo quitas. No haces nada más que quitar. No haces nada más que llevar. Se vuelve más y más gordo. Pero entonces es como el material en sí, podrías estirarlo hasta el infinito. Si trabajas un poco de arcilla, parece crecer. Mientras más lo trabajes, más grande se vuelve”. [1]

Alberto Giacometti (1901−1966) participa a lo largo de su carrera en diferentes movimientos artísticos vanguardistas del siglo XX. A partir de los años cincuenta, se siente atraído por el existencialismo, cuya influencia es visible en obras como esta, titulada Hombre que camina I.

Hombre que camina I es una escultura de su etapa de madurez, el punto culminante de una carrera artística en la que Giacometti ha explorado la figura humana desde diferentes ángulos. La precariedad de la figura estaría vinculada con los límites con los que debe vivir cada ser humano, en una sociedad sometida a multitud de conflictos, desafíos y desastres, tanto naturales como generados por la propia especie. Su rostro apenas aparece definido, con la intención de recoger la generalidad de la especie humana, ensalzando así el carácter universal de lo que representa esta obra, para generar de esta manera una mayor identificación por parte de todo tipo de públicos.

La escultura está realizada en bronce de una sola pieza, sin pulir, que confiere un aspecto angustioso, desolador y esquelético al personaje que camina con cierto desgarbo. En esta ocasión, Giacometti realiza una figura masculina solitaria, de la que únicamente podemos adivinar sus formas más elementales. Se encuentra con una pierna adelantada como si estuviese caminando y mantiene los brazos pegados al cuerpo. Además, hay una gran inclinación del cuerpo hacia delante, lo que provoca cierta inestabilidad, dando a entender el movimiento de este personaje en el espacio. El movimiento, siempre presente de un modo u otro en la obra de Giacometti, en este caso se logra a partir de la disposición de las finas piernas del personaje: los talones parecen despegarse del suelo para iniciar la caminata. Al igual que sus piernas, los brazos son demasiado largos y exageradamente delgados. En su cuerpo no se aprecian signos de representación de músculos. Su piel es rugosa, áspera, como si estuviera llena de cicatrices, lo que transmite una intensa sensación inherente de fragilidad.

Posiblemente el origen de esta escultura esté relacionado con una amiga suya, la modelo Isabel Lambert, con quien solía quedar durante los años que vivió en París. Una noche, al despedirse de ella, observó cómo se iba haciendo más pequeña a medida que se alejaba, aunque para él seguía conservando la misma intensidad y la misma identidad. Giacometti, quien siempre había intentado representar ese sutil instante en el que la figura humana comienza a disolverse, pero sin haber desaparecido aún del todo, se obsesionó a partir de aquella noche con la idea de convertir esa visión de Isabel Lambert en una escultura. [2]

Giacometti concibe varias esculturas con esta temática para un proyecto público que le encarga el Banco Chase de Manhattan para la plaza neoyorquina Chase Manhattan. Sin embargo, finalmente abandona el proyecto y realiza tan solo El hombre que camina I y El hombre que camina II. La pieza de El hombre que camina I nunca llegó a su destino, pero se expuso en la Bienal de Venecia en 1962. A modo de curiosidad, esta obra es tan icónica que aparece en el reverso de los billetes de 100 francos suizos, país natal de su autor, y existe una copia de ella en la sede de la Unesco, en París.

Preguntas

Observad con detenimiento esta obra de Alberto Giacometti. Está realizada a escala humana; ¿por qué creéis que el artista la realizó en estas dimensiones? ¿Cómo cambiaría vuestra percepción sobre la figura si fuese mucho más grande o mucho más pequeña?

La obra capta el movimiento de alguien que está comenzando a andar o que ya está dando un paseo; ¿de dónde ha salido? ¿Adónde creéis que se dirige? ¿Qué tendríais que cambiar en la escultura para dar la sensación de que el personaje está parado?

Mirad con atención y especulad sobre estas cuestiones: ¿por qué no lleva ningún objeto, complemento, ropaje, amuleto? Tampoco está acompañado de nadie, ni de ningún otro ser humano, ni de ningún animal, ni de ningún elemento paisajístico; ¿por qué el artista representaría a un hombre que camina en completa soledad? ¿Qué interpretaciones de esta soledad se os ocurren? Si pudieseis añadirle una compañera o un compañero, ¿quién sería y por qué?

Al igual que otras muchas obras de Giacometti, está realizada en bronce. ¿Qué cambiaría si en vez de bronce fuera de otro material?