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Jugar, Sentir y Experimientar

Las obras de Ernesto Neto (Río de Janeiro, 1964) han sido creadas para atravesarlas, habitarlas, sentirlas e, incluso, olerlas. Al interactuar con ellas, el espectador puede experimentar su propio cuerpo, sus sentidos y su mente.

Neto quiere que el espectador sea libre, que juegue y experimente, pero, al mismo tiempo, nos pide responsabilidad y respeto hacia la obra de arte, que, como el cuerpo humano, es frágil y debe ser tratada con la máxima sensibilidad y delicadeza.

Por ello, el acceso a ciertas salas será limitado. Les rogamos que sigan las instrucciones que encontrarán en el recorrido y que les permitirán vivir la mejor experiencia y disfrutar del arte sin poner en peligro su conservación.

La unidad didáctica que encontrará a continuación se abordará la idea de experimentación y juego en la obra de Ernesto Neto.


JUGAR, SENTIR Y EXPERIMENTAR

La vida es un cuerpo del que formamos parte (Life is a Body We are Part of−Avida é um corpo do qual fazemos parte), 2012
Ganchillo y bolas de polipropileno

“Es frecuente defender la idea de que el dolor, la muerte y el sufrimiento son el origen de la poesía. No estoy de acuerdo. Quiero alegría. No es cuestión de felicidad. Quiero vida, la fuerza máxima. Todos estamos vivos, hemos conquistado esta condición de estar vivos. Es lo que nos une. Tratemos de vivir”. Ernesto Neto.1

Para Ernesto Neto (Río de Janeiro, 1964), todos somos niños y todos queremos jugar. La experiencia artística se convierte en un acto multisensorial, que estimula los sentidos. La idea de juego es importante a la hora de percibir sus esculturas. Sus obras nos invitan a activar el mecanismo del juego como una fuente fundamental para desarrollar la percepción y obtener conocimiento.2

Neto lleva al espectador a vivir situaciones inusuales, que le permiten tanto entender como cuestionar su propio cuerpo, así como la relación que este mantiene con el entorno. Su trabajo es una constante confrontación entre naturaleza y cultura. El arte se transforma, así, en una herramienta que ofrece un sentido y un espacio a ese animal que vive en nuestro interior y que necesita ser explorado.3

Esta manera de entender el arte tiene sus bases en el legado del Movimiento Neoconcreto. Durante la década de los cincuenta, el Neoconcretismo puso en tela de juicio los valores de modernidad e industrialización en Brasil, cuestionando la rigidez racionalista del arte. Los artistas que integraban este movimiento situaron al espectador en el centro de la acción creativa, ensalzando valores que unificaban el arte y la vida, y alejándose de la idea del arte como máquina u objeto. Desde esta perspectiva, el Neoconcretismo pretendía desarrollar las bases de un nuevo espacio expresivo, donde el espectador tenía la oportunidad de formar parte de las obras de arte, que podía tocar y manipular. Entre quienes fundaron este movimiento, y constituyen una importante referencia para Ernesto Neto, se encuentran los artistas Lygia Clark (Belo Horizonte, 1920−Río de Janeiro,1988), Lygia Pape (Río de Janeiro, 1927−Río de Janeiro, 2004), Hélio Oiticica (Río de Janeiro, 1937−1980), así como el crítico y poeta Ferreira Gullar (São Luís, Maranhão, 1930)4.

Para estos artistas, el ser humano se encuentra entrelazado con el entorno mediante complejas conexiones. La percepción sensorial de la persona no solamente cataloga los elementos externos con los que entra en contacto, sino que, además, proporciona conocimiento através de estados afectivos, emocionales y de la imaginación. El Neoconcretismo promovía la sinestesia, una condición que refleja el encuentro entre los distintos sentidos, que trabajan interconectados unos con otros: la música puede oírse a través del color, los sabores pueden ser aterciopelados o el tacto puede llegar a ser aromático. Lygia Clark y Hélio Oiticica involucraban a los espectadores en experimentos sensoriales en los que, a veces, utilizando máscaras, guantes u otros elementos, anulaban uno de los sentidos para potenciar los demás; así, convertían la experiencia artística en un acto multisensorial.5

La vida es un cuerpo del que formamos parte es una escultura que tiene forma de dragón y se halla suspendida del techo. Está consituida por cuerdas de poliéster tejidas con la técnica del ganchillo. Neto nos invita a pasear por esta estructura de gran colorido que presenta caminos sinuosos y serpenteantes. Los suelos están rellenos de bolas de plástico. Según caminamos, el rozamiento de unas con otras en el interior de la estructura provocan un sonido. El hecho de poder desplazarnos por la escultura nos permite observar el espacio desde diferentes puntos de vista, ya que el entramado de las grecas de colores tejidas con ganchillo nos permite ver a través de ellas. Al mismo tiempo, el movimiento de nuestro cuerpo se mezcla con el movimiento de la gran estructura, que oscila ante la presión de las pisadas. Inevitablemente, todos nuestros sentidos se activan e interconectan. El recorrido nos lleva hasta el centro de la pieza, una plataforma donde podemos disfrutar de las vistas, descansar y conectar con nuestras emociones y pensamientos y, por qué no, reflexionar sobre nuestra existencia y sobre nuestra relación con el mundo.

Por motivos de seguridad y debido a la fragilidad de la pieza La vida es un cuerpo del que formamos parte, el recorrido tiene restricciones de uso y solo se podrá disfrutar siguiendo las pautas establecidas por el Museo. Esta pieza no es apta para los itinerarios de grupo y solo podrán entrar cada vez, como máximo, 8 personas.


CITAS:

1 Nike Flyknit Collective. Ernesto Neto:
http://vimeo.com/50863391
2 Ernesto Neto. The edges of the world. Interview:
http://www.youtube.com/watch?v=rHy6luikM-U
3 Ernesto Neto. The edges of the world. Interview:
http://www.youtube.com/watch?v=rHy6luikM-U
4 http://www.itaucultural.org.br/aplicExternas/enciclopedia_ic/index.cfm?fuseaction=termos_texto_esp&cd_item=8&cd_idioma=28557&cd_verbete=9457
5 Raphaela Platow, “El cuerpo que me lleva”, en Ernesto Neto: el cuerpo que me lleva, cat. expo. Bilbao: Museo Guggenheim Bilbao y Barcelona: Ediciones Polígrafa, 2014.

Preguntas

Observen la obra La vida es un cuerpo del que formamos parte. ¿Qué apariencia tiene la pieza? ¿Qué le sugieren los dibujos que surgen del diseño realizado con el ganchillo? ¿En qué lugares o en qué objetos podríamos encontrarnos con un entramado similar? Habitualmente, el ganchillo se utiliza para realizar piezas decorativas o elementos de vestir; ¿por qué creen que a Ernesto Neto le interesa esta técnica?

Esta pieza está pensada para caminar por su interior. Observen el suelo de la escultura por donde debemos movernos; ¿qué tipo de sensaciones les despierta la idea de caminar sobre ella? ¿Cómo nos podemos sentir al movernos por la pieza?

¿Con qué tipo de camino relacionarían el suelo de la escultura?

¿Qué sentidos se ven estimulados al percibir esta pieza? Imaginen cómo se sentirían si caminasen con los ojos cerrados por la escultura; ¿qué sonidos percibirían? ¿Cómo imaginan el tacto del ganchillo? Cuando acudan al Museo y visiten la obra, comparen las sensaciones que habían imaginado con las sensaciones reales que experimenten.

¿Por qué creen que para Ernesto Neto es importante introducirnos en la escultura?

Cada una de las personas que acuda al museo a experimentar esta pieza vivirá sensaciones diferentes pese a tratarse de la misma obra. ¿Qué es lo que hace que, aun siendo lo mismo, cada persona tenga sensaciones diferentes? Reflexionemos sobre ello, no solo respecto a esta escultura, sino en todos los ámbitos de la vida.