Relación obra de arte-espectador
“Es un tiempo acelerado el que tienen estas piezas, y es un tiempo trastornado. No es el tipo de tiempo con el que haya estado implicado en ningún otro recinto. Y en este sentido hay una ruptura entre el tiempo normal y el que se experimenta en estas piezas. No intento parecer esotérico, pero es así. Es como un salto trastocado en el tiempo. No es lineal; no es narrativo. Pero así sucede siempre con el arte. El arte construye una relación con el tiempo que no tiene lugar en otros campos”(1).
Introducción
La materia del tiempo invita al visitante a experimentar la escultura al caminar a través de ella, en su interior y a su alrededor. La disposición de las piezas en la sala va progresando, desde una elipse relativamente sencilla hasta la complejidad de una espiral. El título, La materia del tiempo, se refiere al tiempo de percepción o estético, emocional o psicológico, diferente para cada persona, que depende del movimiento a través del espacio. La instalación está organizada de forma que, en cuanto el visitante entra en la sala, penetra en el espacio escultórico. La disposición de las piezas —desde formas más simples a las más complejas— permite percibir la evolución escultórica de Richard Serra (San Francisco, EEUU, 1939). El visitante recorre los diferentes pasajes — estrechos y anchos, comprimidos y expandidos, cerrados y abiertos— sin saber hacia dónde se dirige. Sabe dónde ha estado, pero no hacia donde va: tiene que crear su propio camino. No hay ninguna fórmula única para recorrer la obra, cada persona la vive de forma diferente. No hay una visión fija, un recorrido predeterminado, un punto de vista único. Una vez entra en las obras, se pierde la referencia y no se sabe lo que hay delante, la percepción siempre es fragmentada. El balcón de la segunda planta permite una visión panorámica del espacio completo, revelando la ubicación concreta de las esculturas. Sin embargo, y como el artista afirma, “el alzado de las piezas siempre queda parcialmente oculto”.
En la instalación hay dos Torsiones elípticas (Torqued Ellipses, 1996–). Para explicar a sus alumnos qué es una torsión elíptica, haga que imaginen un óvalo o una elipse en el suelo y otro de idéntico tamaño y radio en el aire sobre él, pero girado, por ejemplo, 60º respecto al del suelo. Luego imaginen una plancha que rodea y une ambos óvalos. La forma resultante es esta pieza. Hay dos tipos de torsiones elípticas, la sencilla y la doble; esta última consiste en dos sencillas, una dentro de la otra. Desde el exterior se aprecia que no tiene ninguna línea vertical en su elevación. Cuando se camina por su interior las paredes a veces se inclinan hacia adentro y otras hacia afuera, acercándose y alejándose. Las planchas de acero se doblan hasta alcanzar una extrema tensión y formar una piel que envuelve el espacio elíptico. Se trata de una forma geométrica que no existía previamente, ni en arquitectura ni en escultura. Esta forma innovadora hace parecer al acero un material extremadamente flexible y dinámico.
Tanto las Torsiones elípticas como las Espirales parecen estar en perpetuo movimiento e implican al espectador en su movimiento. El movimiento lo conforma un giro sobre su propio eje, que hace que la pieza se torsione hacia arriba desde su base sin que cambie su radio. “Son formas torsionadas que cuando entras en ellas te mueves para entender su torsión, y al moverte ellas también se mueven, de modo que siempre estás intentando atraparlas”.(2)
Este tipo de piezas suponen una evolución de obras anteriores como Serpiente (Snake, 1994–97), donde la sección cónica es la unidad constructiva básica. Para explicar la sección cónica a sus alumnos, dígales que imaginen que se encuentran en el interior de un espacio en forma de maceta (las paredes se inclinan hacia fuera) o dentro de un espacio en forma de pantalla de una lámpara (las paredes se inclinan hacia adentro). En ambos casos se trata de un fragmento de un cono, ya sea invertido o recto, y el radio del círculo de sus dos bases es diferente. Al colocar seguidas varias planchas de acero que se inclinan cada una en una determinada dirección, la sensación es que se está caminando dentro de la forma de una maceta, y a continuación, dentro de la estructura de la pantalla de una lámpara. Así se genera un movimiento por la elongación de una sección cónica, en forma de pasadizo. La sección cónica se ha utilizado mucho en arquitectura; no así la unidad constructiva de las Torsiones Elípticas o las Espirales, donde el radio no cambia y no existe ninguna línea vertical perceptible.
Las dos obras finales de este desarrollo están creadas a partir de secciones de toros —superficies con la forma de un flotador o de un donuts— y de secciones de esferas. Estas formas se combinan generándose espacios y pasajes que ejercen efectos diferentes en el movimiento y percepción del observador. Las piezas se transforman de forma inesperada a medida que el visitante las recorre y rodea, creando una vertiginosa e inolvidable sensación de espacio en movimiento. El título, La materia del tiempo, se refiere por una lado, al tiempo cronológico que el visitante tarda en recorrer y observar la instalación de principio a fin; y, por otro, el tiempo o duración de la experiencia, los fragmentos de recuerdo físico y visual que permanecen para recombinarse. El tiempo de percepción o estético, emocional o psicológico, de la experiencia escultórica. “Lo que sea esa experiencia dependerá de la disposición de cada persona a rememorar su propia historia de conocimiento de distintos lugares, espacios, tiempos, ubicaciones, etc.”(3). A Serra le interesa la experiencia de la percepción; una experiencia que depende del movimiento a través del espacio y del tiempo. Estas esculturas, cuya visión exterior no anticipa su forma interior, precisan que el espectador se implique en el movimiento de la escultura para abarcarla y conocerla en su totalidad. Para el artista, el significado final de la obra radica en cómo puede enriquecer la experiencia y provocar cambios: “Lo que quiero es que mi obra de Bilbao no sea percibida sólo como una producción estética más. Si se convierte en un lugar de referencia para gente con ideas diversas y mi escultura es la experiencia que les permite encontrarse, estupendo. Quisiera que esta instalación fuera un espacio público, abierto, donde cualquiera pueda venir, sobre todo los jóvenes. Pero a menos que la obra sea formalmente innovadora, nada cambiará. Hace falta que lo sea, formalmente innovadora, para que transforme las percepciones, las emociones y la experiencia”(4).
1. Richard Serra. Entrevista realizada a R. Serra en Cat. expo. Richard Serra. Escultura 1985–1999. Museo Guggenheim Bilbao, Bilbao, 27 de marzo–17 de octubre, 1999, pág. 212.
2. Ibid., pág. 210.
3. Ibid., pág. 208.
4. Conversación con Hal Foster, octubre–noviembre, 2004.
Preguntas
¿Habéis estado alguna vez dentro de una escultura? ¿Cómo fue la experiencia? ¿Cómo imagináis que os sentiríais al caminar por el interior de estas piezas de Serra? ¿Por qué el artista desea que caminemos dentro y alrededor de sus esculturas? ¿Qué aporta una escultura que puede recorrerse por su interior?
En la pizarra dibujad un cono desplegado. Coloread sobre él una sección: surgirá una forma similar a la de una maceta o la de una pantalla de una lámpara desplegadas. ¿Cómo creéis que os sentiríais dentro de una maceta gigante? Si caminaseis, en cambio, por el interior de la pantalla de una lámpara enorme, las paredes se inclinarían sobre vosotros durante todo el recorrido. ¿Cómo os sentirías entonces?
Dibujad una torsión elíptica a partir de dos elipses enfrentadas. ¿Qué os sugiere esta forma? Buscad adjetivos que la describan. ¿Por qué puede interesarle al artista trabajar con esta forma? En la visita al Museo, al recorrer la escultura, veréis cómo la forma se inclina hacia dentro, es decir, hacia vosotros, y hacia fuera, alejándose de vosotros. ¿Cómo creéis que os sentiríais dentro de ella?
Por ultimo dibujad en la pizarra una espiral: empezad por un punto y dibujad una línea curva que gira alrededor del punto y se aleja cada vez más de él. Comparadla con las formas anteriores. ¿Cómo creéis que os sentiríais dentro de una espiral?
El día de la visita pida a sus alumnos que vayan recorriendo la instalación, por el exterior y el interior. Después de que exploren la obra, pídales que escriban unas frases describiendo su experiencia mientras interactuaban con las esculturas: ¿qué pensamientos y sensaciones habéis experimentado mientras caminabais a través del espacio? ¿Qué es lo que creéis que ha evocado esas sensaciones? Pida a sus alumnos que lean en alto sus respuestas. ¿Qué similitudes o diferencias encontráis entre las respuestas?
Una vez hayáis explorado la sala a fondo, subid al balcón de la segunda planta y observad las piezas desde arriba. ¿Cómo varía vuestra percepción al verlas desde arriba? ¿Qué experiencia preferís? Debatid vuestras preferencias.
Buscad adjetivos que describan el tiempo. Comentad cómo la percepción del tiempo puede variar dependiendo de la experiencia vivida y, así, un momento objetivamente muy corto puede parecer muy largo. ¿Habéis sentido alguna vez esta sensación? ¿Y al revés? Compartid vuestras experiencias.
La torsión elíptica es una forma que no existía previamente, ni en arquitectura ni en escultura. ¿Qué habrá llevado a Serra a inventarla? ¿Por qué usa esta forma tan innovadora en sus esculturas?
Comentad el título: La materia del tiempo: ¿qué os sugiere? ¿Por qué lo ha elegido el artista? ¿Qué otros títulos os parecen apropiados para esta obra?