Varengeville, Vanitas, Interiores, Estudios

Cuando estalla la guerra, Braque se refugia en Varengeville-sur-Mer, que en los años treinta se convierte en una importante colonia de artistas y donde Braque tiene un taller construido por el arquitecto norteamericano Paul Nelson. Más tarde, durante la Ocupación nazi y el Gobierno de Vichy, vive un breve período en Limousin y luego cerca de Toulouse, para finalmente instalarse en su taller de París hasta el fin de la Ocupación y regresar ocasionalmente a Varengeville. Confiesa ser “muy sensible a la atmósfera circundante”, por lo que ejecuta obras oscuras y dolorosas. Calaveras flanqueadas por crucifijos y rosarios o peces típicos de la iconografía cristiana, son imágenes del infortunio de la guerra. Las siluetas de figuras humanas negras y fantasmagóricas, vistas por detrás, encarnan la soledad y la melancolía del artista recluido en su taller frente al caballete.
Tras la guerra, la serie dedicada a los billares le sirve a Braque para recuperar el espacio visual cubista y sus juegos de transformaciones geométricas basadas en la representación a diferentes escalas (homotecia) con renovado ímpetu.