La comedia humana

“Pinté a los neuróticos, a los locos y a los desgraciados. También pinté a los otros, incluyendo a algunos ‘convencionales’. Como Chichikov, soy una coleccionista de almas”
Alice Neel: The Hasty Papers: A One-Shot Review, 1960

Neel evoca a menudo La comedia humana, de Honoré de Balzac, obra de referencia para las grandes figuras del marxismo, que indaga en las causas y efectos de la acción humana en la sociedad francesa del siglo XIX. Desde su ideario personal y con un punto de vista firmemente arraigado en el Nueva York del siglo XX, Alice Neel documenta en su obra escenas de pérdida y sufrimiento, pero también de fuerza y resistencia, y lo hace con una franqueza implacable y una pronunciada empatía. Su atención a la vulnerabilidad física y psicológica de los personajes, acentuada por una paleta a menudo restringida, impregna de una emoción inconfundible los cuadros de esta sección. El abuso en el hogar, las terribles condiciones sanitarias de las personas desfavorecidas o el horror de las pérdidas personales, entre otras desgracias que aquejan a los seres humanos, son reflejadas por el pincel de Neel con una compasión turbadora.