PASAJE PELIGROSO

En Pasaje peligroso (Passage Dangereux, 1997), Bourgeois combina objetos encontrados con sus propias esculturas para presentar un relato sobre una joven que va atravesando una serie de ritos de paso. Diversas escenas, que se inician con un pecho de escayola, se suceden de forma encadenada, como en una película: sillitas para niños, un pupitre escolar y un columpio nos recuerdan a la infancia; los huesos de animales conservados en esferas de plástico remiten al ciclo de la vida y la muerte, a la madre naturaleza y al concepto de transitoriedad; la silla eléctrica simboliza la culpa y el castigo. Junto a motivos recurrentes en la obra de Bourgeois, como una araña de acero, varias esferas de cristal y espejos, esta Celda incluye un objeto de goma negra que está perforado por agujas. Tanto las agujas como los hilos hacen referencia al taller de tapices familiar y a la madre de Bourgeois. Las sillas suspendidas aluden al padre de la artista, que poseía una colección de sillas que colgaba de las vigas de madera del desván. La última estancia, en la que se ve a una pareja copulando, representa el miedo al sexo, que Bourgeois equiparaba con la muerte.