Sala 301. Yayoi Kusama

Sala de espejos del infinito – Deseo de felicidad para los seres humanos desde más allá del universo (2020), de Yayoi Kusama, pone de manifiesto la singular visión de esta artista reconocida a nivel global. Kusama es una figura pionera y destacada de la creación contemporánea que concibe el arte como un medio para el cambio social, sirviéndose para ello de sus textos, pinturas, dibujos, esculturas, performances e instalaciones inmersivas, las Salas de espejos del infinito.

La producción de Kusama se caracteriza por sus distintivos motivos de formas naturales y lunares, que aparecen a una edad temprana como consecuencia de las alucinaciones que sufría. Los patrones y reiteraciones de estas formas quedaron plasmados en sus Redes de infinito, un conjunto de obras que comenzó a su llegada a Nueva York en 1957: pinturas, esculturas blandas, collages, películas e instalaciones. Las grandes pinturas monocromas de esta serie irían expandiéndose paulatinamente más allá del lienzo hasta ocupar muros y luego estancias, desde el suelo hasta el techo, reflejo de la experiencia de la artista durante una de sus alucinaciones. Las Redes de infinito capturaron la atención de la escenaneoyorquina de vanguardia. Sin embargo, la falta de reconocimiento oficialde su obra en un contexto artístico dominado por los hombres generaráen ella una profunda crisis que conllevará su regreso a Japón en 1973.Kusama decide autoexiliarse de la esfera pública para seguir trabajando,centrándose en el arte como terapia. No será hasta finales de la décadade 1980 cuando su obra comience a ser expuesta al público, lo que leservirá de estímulo para realizar nuevas creaciones y le supondrá elreconocimiento internacional.

Sala de espejos del infinito — Deseo de felicidad para los seres humanos desde más allá del universo es una de las últimas creaciones de la artista, ya nonagenaria. La instalación es una experiencia inmersiva que proyecta las alucinaciones de Kusama y nos hace partícipes de su universo obsesivo, invitándonos a desaparecer en el vibrante juego de luces de colores que se multiplica sin límite en los espejos de las paredes de esta habitación infinita.