Sala 303. Ecos del Arte Pop

En la década de 1960 surgió en EE. UU. una nueva generación de artistas que desafiaron las convenciones estéticas del Expresionismo Abstracto, como la espontaneidad y la emoción del gesto creativo. Emulando a Marcel Duchamp y su idea del readymade (objeto encontrado), los artistas pop desdeñaron la originalidad del trabajo artístico y se apropiaron de elementos e imágenes de la sociedad de consumo —desde envases comerciales a retratos de famosos o viñetas inspiradas en los cómics— para convertirlos en obras de arte. Entre estos autores destacaron Andy Warhol, que diluyó la huella personal del artista utilizando procesos mecánicos como la serigrafía, y James Rosenquist, que empleó en sus lienzos las estrategias gráficas de las grandes vallas publicitarias, fragmentando y combinando imágenes para generar composiciones monumentales.

Junto a Warhol y Rosenquist, esta sala presenta a otros artistas que, especialmente en los años ochenta y noventa, adoptaron el legado del pop y lo proyectaron hacia una era hiperconectada y dominada por los medios. Jean-Michel Basquiat incorporó en su obra símbolos de las subculturas urbanas y referencias a cuestiones identitarias y raciales, mientras que Martin Kippenberger recurrió al humor como estrategia central de su trabajo con el fin de trastocar las convenciones artísticas y oscurecer de algún modo el acceso al significado de sus creaciones. Jeff Koons y Damien Hirst también cuestionan la seriedad y sofisticación del mundo del arte mediante la transformación de objetos ordinarios en piezas artísticas. Por su parte, Erwin Wurm y Mike Kelley se apropian de elementos corrientes, recontextualizándolos o distorsionándolos para cuestionar la sociedad contemporánea y evidenciar distintas formas de alienación vinculadas al consumismo y sus excesos; y Tom Sachs combina con humor e ironía medios de producción artesanales con referencias a marcas y elementos de lujo, subvirtiendo así la perfección del objeto original y poniendo en cuestión el fetichismo del consumo y la noción de autenticidad.

 
Estas prácticas artísticas, tan variadas como irónicas, divertidas o críticas, ilustran las ideas de los pensadores contemporáneos Guy Debord y Jean Baudrillard, que señalan cómo en nuestra cultura la imagen es más importante que la experiencia directa y el espectáculo domina la vida cotidiana.