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Textiles y abstracción

En 1969 el Museum of Modern Art de Nueva York presenta la exposición Wall Hangings: por primera vez, se exhiben obras textiles en un museo de arte. A partir de 1962, fecha de fundación de la Bienal Internacional de Lausana, las radicales creaciones de artistas procedentes fundamentalmente de Europa del Este y de EE. UU. tratan de redefinir el lenguaje codificado de la tapicería. Estas obras, a menudo monumentales, se liberan del muro para invadir el espacio. La terminología “Nueva Tapicería”, que adscribe estas piezas a la esfera de la artesanía, es progresivamente abandonada y sustituida por la de “Fiber Art” o “Arte Textil”. La difícil desjerarquización de los medios artísticos tuvo que enfrentarse a una cierta misoginia, ya que las obras textiles a menudo se vinculan con el universo femenino. Aurèlia Muñoz, Jagoda Buić, Sheila Hicks y Lenore Tawney se encuentran entre las máximas exponentes de la escultura textil que afirma libremente su independencia. Sus creaciones abstractas evocan el correspondiente desarrollo en EE. UU. de una escultura posminimalista de lo informe, que pone de relieve los efectos de la materia y de las texturas.