PINTURAS AMBIENTALES

Katz acuñó la expresión “pintura ambiental” para referirse a sus monumentales paisajes de gran escala, como Amanecer 3 (Dawn 3, 1995), Prado (Meadow, 1997), El sueño de mi madre (My Mother’s Dream, 1998) y Paisaje invernal 2 (Winter Landscape 2, 2007). Al aumentar exponencialmente el tamaño de las pinturas ambientales, llevando sus dimensiones hasta el límite de lo posible, Katz pretende que el campo de visión del espectador sea totalmente ocupado por estos enormes lienzos. La monumentalidad de estas pinturas permite que el público se sumerja en ellas e imagine que habita el espacio pictórico. Así, inmerso en la vasta extensión del paisaje, el espectador asume el papel de la figura que Katz pinta en muchas de sus primeras obras.

Al referirse a sus paisajes monumentales como “pinturas ambientales”, Katz profundiza aún más en la idea de una composición abierta y total —no limitada por los cuatro bordes del cuadro—, un rasgo esencial de su trabajo a partir de los años cincuenta, la época en la que conoció la obra de Jackson Pollock.