Tierra de los dos ríos
1995Emulsión, acrílico, plomo, sal producida por electrólisis y condensador de placas de zinc sobre lienzo416 x 710 cm
Anselm Kiefer, que nació en Alemania unos meses antes de que en Europa se librara la última batalla que ponía fin a la Segunda Guerra Mundial, creció siendo testigo de las consecuencias de una guerra moderna y de la división de su patria. Presenció igualmente la reconstrucción de una nación dividida y su lucha por la renovación. Kiefer se consagró a estudiar cómo se entretejen elementos de la mitología y de la historia alemana y su incidencia en el auge del fascismo. Se enfrentó a estas cuestiones violando tabúes estéticos y resucitando iconos sublimados. En uno de sus primeros proyectos, la serie Ocupaciones (Besetzungen) de 1969, Kiefer se fotografió a sí mismo realizando el saludo nazi en varios lugares durante un viaje por Suiza, Francia e Italia. Las pinturas posteriores —paisajes inmensos e interiores arquitectónicos, a los que solía aplicar arena y paja— evocan el patrimonio político y literario de Alemania; abundan las referencias a las leyendas de los Nibelungos y a Richard Wagner, a la arquitectura de Albert Speer y a Adolf Hitler. Desde mediados de la década de 1980, y concretamente después de trasladarse al sur de Francia a principios de los noventa, Kiefer amplió su iconografía para abordar temas más universales como la civilización, la cultura y la espiritualidad, inspirándose, entre otros, en la Cábala, la alquimia y la mitología de la Antigüedad.
Tierra de los dos ríos (Zweistromland, 1995) hace referencia a la tierra delimitada por los ríos Tigris y Éufrates, cuna de la antigua Babilonia, hogar de Gilgamesh —cuya leyenda explora Kiefer en Gilgamesh y Enkidu en el bosque de cedros II (Gilgamesch und Enkidu im Zedernwald II, 1981), también perteneciente a la colección del Museo Guggenheim Bilbao—, y una región clave para el judaísmo y el cristianismo. Fue en esa región donde los sumerios inventaron la escritura en el cuarto milenio antes de Cristo. Las pinturas de Kiefer evocan la tierra, sus civilizaciones y la creación de la cultura escrita. El título puede interpretarse como una alusión a la propia palabra escrita, que deja una huella duradera que transciende las civilizaciones y las épocas. Esta obra monumental se vio precedida por una escultura del mismo nombre, en la que varios libros de plomo transmiten la sensación de durabilidad de la palabra escrita y de la historia.
Fuente(s):
Nancy Spector, "Anselm Kiefer", en Spector (ed.), Guggenheim Museum Collection: A to Z, Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York, 2009.
Miguel López-Remiro, "Anselm Kiefer", en Colección del Museo Guggenheim Bilbao, Guggenheim Bilbao Museoa, Bilbao y TF Editores, Madrid, 2009.
"Anselm Kiefer", en La Colección Permanente de los Museos Guggenheim, Guggenheim Bilbao Museoa, Bilbao, 2007
Título original
Zweistromland
Fecha
1995
Técnica / Materiales
Emulsión, acrílico, plomo, sal producida por electrólisis y condensador de placas de zinc sobre lienzo
Dimensiones
416 x 710 cm
Crédito
Guggenheim Bilbao Museoa