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Botellas y vasos (Bouteilles et verres)

Pablo Picasso
Botellas y vasos (Bouteilles et verres)
París, invierno de 1911–12
Óleo sobre papel, montado sobre lienzo
64,4 x 49,5 cm
Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York
Colección Fundacional Solomon R. Guggenheim, por donación
© Sucesión Pablo Picasso. VEGAP, Bilbao, 2016

“En mi opinión, buscar no significa nada en pintura. La cuestión es encontrar.” [1]

Pablo Picasso (1881, Málaga-1973, Mougins, Francia), uno de los artistas más influyentes del siglo XX, experimentó con numerosos estilos artísticos durante su larga trayectoria, incluyendo la histórica fundación del Cubismo.

El Cubismo es universalmente reconocido como el estilo artístico más innovador e influyente del siglo pasado. Inspirándose en el tratamiento volumétrico de la forma desarrollado por el artista posimpresionista francés Paul Cézanne, Picasso y Georges Braque (1882–1963) iniciaron la primera etapa del Cubismo. Si bien ambos artistas trabajaban de forma independiente en su propio estudio, se reunían con frecuencia para comentar sus progresos y aprender el uno del otro. Picasso y Braque se conocieron en 1908, y profundizaron en su relación hasta que la amistad desembocó en colaboración. Durante el verano de 1911, pasaron bastante tiempo juntos en el sur de Francia, en Céret, que era entonces una popular colonia de artistas. Allí cotejaron sus obras y analizaron nuevas posibilidades. Juntos estaban inventando un nuevo estilo: a ambos se les atribuye la creación del Cubismo. Algunas de sus pinturas de aquel período son tan parecidas que muchos críticos tienen dificultades para distinguirlas. Tal y como recordaría el propio Braque: “Picasso es español y yo soy francés: sabemos todas las diferencias que eso conlleva, pero durante aquellos años las diferencias no contaban” [2]. El estilo cubista resaltaba la superficie lisa, bidimensional, del plano pictórico y rechazaba las técnicas tradicionales de la perspectiva, el escorzo y el modelado, además de refutar las establecidas teorías del arte como imitación de la naturaleza. Los pintores cubistas no se sentían obligados a copiar la forma, la textura, el color ni el espacio; en su lugar, mostraban una nueva realidad en pinturas que representaban objetos totalmente fragmentados cuyas diversas caras resultaban visibles de forma simultánea. Una gama monocromática resultaba apropiada para representar las múltiples y complejas perspectivas del objeto, que ahora quedaba reducido a una superposición de planos opacos y transparentes. El Cubismo condujo a la abstracción e hizo necesarias nuevas formas de ver el arte.

En un momento culminante, Braque y Picasso llevaron el Cubismo Analítico hasta rozar el extremo de la total abstracción. En Paisaje de Céret, pintado durante aquel verano de 1911, las manchas de un color apagado y terroso, las esquemáticas escaleras y las ventanas abovedadas se ofrecen a modo de pistas visuales que es preciso reconstruir. En esta composición, al igual que ocurre con todas las obras cubistas, la imagen completa debe ser tanto “pensada” como “vista”.

Preguntas

Antes de mostrar a los alumnos la obra de Picasso Botellas y vasos, el profesor comentará que van a ver una obra que el artista pintó en París durante el invierno de 1911-1912, hace aproximadamente cien años. En internet, ojearán entre todos fotografías de pinturas de bodegones. Cada alumno tratará de imaginar lo que espera ver en el cuadro, elaborando una lista o esbozo a partir de sus ideas.

El profesor mostrará la obra Botellas y vasos, y hará las siguientes preguntas:

¿Qué ves?

¿En qué difiere el cuadro de lo que habías imaginado? ¿Hay algo que se parezca a lo que esperabas?

¿En qué se diferencia este cuadro de un bodegón tradicional?

¿Qué pistas proporciona Picasso para transmitirnos que el tema de esta pintura es una naturaleza muerta?