1986 La tierra que duerme

La tierra que duerme, 1986

La tierra que duerme, 1986
Acero y óleo, 66 x 120 x 39 cm
Colección Soledad Lorenzo depositada en MNCARS
© VEGAP, Bilbao, 2016

“[En La tierra que duerme] también recurrí a un concepto muy poco escultórico como es el del paisaje. En este caso, la escultura aparece elevando el plano del suelo y soportándose sobre lo que temáticamente sería un subsuelo. Es una relación entre lo visible y lo no visible.”[1] Pello Irazu

Pello Irazu (Andoain, 1963) estudió en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco. En su búsqueda hacia un lenguaje propio, el joven artista empezó a añadir objetos a sus pinturas, dando así a sus obras un carácter tridimensional. Esto le condujo hacia sus esculturas iniciales. En sus comienzos, Irazu se enmarcaba dentro de lo que se conoció como la Nueva Escultura Vasca. En ella se englobaba a un grupo de artistas que, rechazando las líneas maestras de la tradición local, enraizaba su obra en el Minimalismo y reinterpretaba aspectos de la escultura de Jorge Oteiza (Orio,1908−Donostia/San Sebastián, 2003). Irazu abraza, cuestiona y analiza ideas de Oteiza sobre el tratamiento del espacio y de los materiales, con la intención de configurar su propio lenguaje, ecléctico y muy personal. En su búsqueda de formas y volúmenes esenciales, también recibe la influencia del Minimalismo. No obstante, Irazu no se limita a reproducir formas geométricas puras, sino que, al contrario, apuesta por trabajar de una manera orgánica, al desarrollar piezas con rasgos antropomorfos o zoomorfos.[2] Partiendo de este punto, Irazu ha generado a lo largo de más de treinta años una obra extensa, en la que ha trabajado con los más diversos materiales y soportes, entremezclando todos ellos.

Desde los comienzos de su carrera, Irazu se caracterizó por la creación de esculturas de tamaño reducido, como La tierra que duerme, de 1986. Su objetivo era valerse solo de sus propias fuerzas, de su propio cuerpo, para manipular los materiales con los que realizaba sus piezas. A través de sus dimensiones, las obras de Irazu hablan de una escala humana y de la aspiración a crear objetos que posean en sí mismos una intensa energía.[3] A lo largo de toda su carrera, para Irazu ha sido importante no haber perdido la escala humana, y haber podido trabajar con las piezas él mismo. Por este motivo, y al haber elegido materiales pesados, como el hierro, el acero y la madera, Irazu se veía obligado a realizar obras de pequeño formato. A pesar de ello, en las obras concebidas en esta primera etapa, como La tierra que duerme, el carácter denso de sus materiales y su aspecto físico cobran una especial importancia, y dotan a las piezas de energía.[4] En esta obra, el artista alude al paisaje, utilizando el material, en este caso el acero, con un sentido orgánico, que casi contradice su propia rigidez. Además, mediante el color, que aplica directamente sobre la obra, el artista rechaza el acabado industrial del material y suaviza la escultura, otorgándole una dimensión pictórica.[5] El color, entendido como un material más, es otro rasgo de especial importancia en sus esculturas. A través del color, Irazu señala partes específicas de las piezas, restando rotundidad a la escultura y cuestionando la totalidad uniforme del conjunto.[6]

Preguntas

Observa con detenimiento la obra y descríbela: sus formas, sus materiales, su relación con el espacio…

La tierra que duerme fue creada con acero y con pintura al óleo. ¿Qué características posee cada uno de estos materiales? ¿Qué cualidades te sugieren? ¿Qué asocias con el acero? ¿Y con el óleo? ¿Qué efecto se crea al haber juntado dos materiales tan distintos entre sí? ¿Por qué habrá decidido Irazu pintar su escultura? ¿Por qué crees que el artista pintó solo una parte de la escultura? Justifica tus respuestas.

Al comienzo de su carrera, Irazu realizaba obras pequeñas porque quería tener la capacidad de trabajar el material él mismo, con sus propias manos, sin necesidad de máquinas, pudiendo montar sus propias esculturas utilizando su cuerpo. Esto restringió la escala de las piezas, ya que el material con el que había elegido trabajar era muy pesado. La tierra que duerme es una de sus primeras esculturas, y se considera de pequeña escala. ¿De qué forma cambiaría tu forma de percibirla si la obra fuese más grande? ¿Y si fuese mucho más pequeña?

¿Qué te parece la decisión deliberada del artista de realizar exclusivamente obras que pudiese realizar solo con su cuerpo? ¿Qué ventajas e inconvenientes puede tener esta decisión? ¿Por qué habrá elegido trabajar así? ¿Crees que es importante que el artista esté físicamente involucrado en la realización de la obra?

Muchos otros escultores, como Chillida u Oteiza, ideaban sus obras, realizaban maquetas en materiales maleables (empleando, por ejemplo, la tiza o el barro) y, después, encargaban a equipos especializados su fundición en metal en grandes dimensiones. ¿Crees que es igual de válida la obra de una artista cuando es ejecutada por otras personas, o utilizando máquinas? ¿Por qué? ¿Qué hubiese necesitado Irazu para trabajar en mayor escala? Realiza un listado de sus necesidades.

La obra suele exponerse apoyada en el suelo. ¿Por qué crees que el artista prefiere que la muestren así? ¿Cambiaría tu percepción según su modo de colocación? ¿Cómo? ¿Y si en vez de verla en un museo la vieses en la calle? ¿Crees que las obras se aprecian de la misma manera si están en una peana o en el suelo? ¿Dónde te gusta más contemplarlas y por qué? ¿Consideras que debe ser el artista quien decida cómo debe ser colocada su obra o un experto en exposiciones? Razona las diferentes expectativas o prioridades que puede tener cada uno.

Irazu tituló esta escultura La tierra que duerme. Para él, su obra representa “una relación entre lo visible y lo no visible”. Lee la cita completa al comienzo de la guía ¿a qué crees que se refiere con esto? ¿Cómo puedes relacionar su declaración con la pieza? Si pudieses cambiar el título a la obra, ¿cómo se denominaría?