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Naturaleza muerta (Nature morte), 1922

Fernand Léger
Naturaleza muerta (Nature morte), 1922
Óleo sobre lienzo
65 x 50 cm
Hermann und Margrit Rupf-Stiftung, Kunstmuseum Bern
© Fernand Léger, VEGAP, Bilbao, 2016.

“Lo bello está en todas partes, en el orden de las cazuelas de su cocina, el en blanco de sus cocina, quizá en mayor medida que en su salón del siglo XVIII o en los museos oficiales.” Fernand Léger, 1924[1]

Fernand Léger (Argentan, Francia, 1881–Gif-sur-Yvette, Francia, 1955) comenzó su acercamiento al mundo del arte como aprendiz de arquitecto en la ciudad francesa de Caen entre 1897 y 1899. En 1890 se trasladó a París, a trabajar como delineante. Esta experiencia se vería reflejada más adelante en la estética de sus pinturas. Tras cumplir su servicio militar (1902–1903), Léger ingresó en la Escuela de Artes Decorativas y en la Academia Julian, al no haber conseguido plaza en la Escuela de Bellas Artes[2]. Hacia finales de 1907 el artista visitó la exposición del Salón de Otoño de París y quedó impactado por la obra de Paul Cézanne (Aix-en-Provence, 1839–Aix-en-Provence, 1906), quien influiría en su pintura de ahí en adelante[3]. Hacia 1910 Léger expuso sus obras en la galería de Daniel-Henry Kahnweiler junto a los trabajos cubistas de Pablo Picasso (Málaga, 1881–Mougins, Francia, 1973) y Georges Braque (Argenteuil-sur-Seine, 1882–París, 1963), en quienes también se inspiraría. Es en este contexto donde probablemente el coleccionista Hermann Rupf (1880–1962) vio por primera vez su pintura[4].

Con el estallido en 1914 de la Primera Guerra Mundial, Léger fue llamado a combatir con el ejército francés y participó, entre otras, en la batalla de Verdún[5]. Profundamente afectado por sus experiencias en la línea de fuego, el artista produjo varios bocetos de soldados, aviones y elementos de artillería. Hacia finales de la guerra Léger pasó un tiempo hospitalizado y es allí donde comenzó su llamado “período mecánico" que duraría hasta 1923, en el que las figuras y los objetos se caracterizan por sus formas geométricas (círculos, elipses, curvas, diagonales, rectángulos, etc.) que recuerdan a piezas maquinaria[6]. Estas formas se basan en los bocetos realizados durante la guerra y se relacionan con las vivencias de esa traumática etapa.

El efecto de la guerra también cambió la manera de pensar del artista, que a partir de ese momento puso el énfasis en hacer el arte accesible para las clases trabajadoras a través de temáticas más simples e imágenes más realistas[7]. Su obra comienzó a alejarse cada vez más de la arte abstracto de preguerra para pasar a representar “objetos reales”, regresando a los temas más clásicos como las naturalezas muertas y los desnudos[8]. Durante la década de 1920 dio importancia a la claridad, la armonía, la composición geométrica, la decoración y la vida cotidiana[9].

Naturaleza muerta, de 1922, es parte de una serie de obras del mismo título, constituida por piezas que muestran una sucesión de objetos distorsionados de formas cilíndricas que parecen estar enlazados entre sí. Tras la Primera Guerra Mundial, Léger suaviza su universo pictórico: los colores utilizados —rojo, blanco y azul— evocan los cilindros de las barberías o los tambores de los circos. Léger se sirve de la estética de la máquina y de los elementos adquieren formas geométricas, simplificadas hasta el extremo. Estas son algunas de las características que aproximan la obra de Léger al Futurismo, junto con su uso de los colores y su distribución rítmica por el lienzo. El artista emplea tonos muy vivos y brillantes, alejados del modelo natural. Hacia el final de su vida, Léger recordó haberse deslumbrado por la magia de la luz del sol sobre el metal blanco del mecanismo de disparo de un cañón de 75 milímetros. Dijo que esta luz le enseñó más para su desarrollo plástico que todos los museos del mundo[10]..

Al finalizar la guerra, el galerista Kahnweiler logra volver a Francia, después de haber pasado los años de conflicto en Berna (Suiza) junto a su amigo el coleccionista Rupf. Al regresar, abre un nuevo local en París, la Galerie Simon, con cuatro grandes salas de exposiciones llenas de luz. Es en esa galería donde, dos años más tarde, Rupf adquiere la obra de Fernand Leger Naturaleza muerta (1922).

 

Preguntas

Observa la pintura y descríbela lo más detalladamente posible. ¿Qué objetos puedes reconocer? ¿Qué elementos te parecen ambiguos? ¿Qué relaciones encuentras entre ellos?

Imagínate que puedes saltar dentro de la pintura ¿Dónde te encontrarías? ¿Cómo sería el clima del lugar? ¿Qué estarías haciendo? ¿A dónde te gustaría ir? ¿Qué sonidos, olores o sensaciones percibirías? ¿Te gusta estar allí? ¿Por qué?

El título de la obra es Naturaleza muerta. La naturaleza muerta o bodegón es un género de la pintura cuyas primeras representaciones aparecen en ciertas obras de la antigüedad y que se hará muy popular en el arte occidental a partir del siglo XVII. En estas pinturas, los artistas retratan objetos inanimados (frutas y flores, piezas de caza, alimentos, recipientes y otros objetos). Si tuvieses que pintar una naturaleza muerta actual, ¿qué objetos elegirías pintar? Busca una naturaleza muerta del siglo XVII, ¿qué semejanzas encuentras con la de Léger? ¿Y con la que tú habrías pintado?

Léger realizó esta obra durante su llamado “período mecánico”, ¿cómo describirías este estilo? Escribe tu propia definición de “período mecánico”. ¿Puedes ver los rasgos de este período reflejados en la obra?

Busca en libros o en Internet obras de Léger creadas antes de 1914, cuando comienza la Primera Guerra Mundial. Compáralas con las posteriores al conflicto. ¿Qué diferencias percibes en su estética? ¿Hay similitudes formales? ¿Crees que la guerra influyó solo en su estilo artístico o piensas que pudo también hacerlo su temática? ¿De qué manera? ¿Cómo cambió su pintura después de la guerra?