ACUARELAS
ACUARELAS

A comienzos de los años sesenta, Hockney cambió las pinturas al óleo por pinturas acrílicas (solubles en agua), que utilizó durante un considerable período de tiempo. Esta técnica que acababa de desarrollarse le permitía reflejar la calidad de la luz y el soleado ambiente de Los Ángeles: empleó los vivos colores de este tipo de pinturas para crear sorprendentes efectos en sus cuadros de duchas, piscinas y aspersores de los años sesenta y setenta.

A principios del siglo XXI, Hockney empezó a pintar acuarelas. A base de práctica, consiguió dominar esta técnica, a menudo considerada anticuada, de la que valora la rapidez con la que permite trabajar. Entre 2002 y 2004, viajó al norte y al sur de Europa; durante ese periplo, pintó una serie de paisajes utilizando esta técnica, “un retorno a la simplicidad”.

En estas obras, Hockney explora cómo crear espacio con apenas unas líneas. Con respecto a la técnica, bajo la pintura no hay trazos de lápiz; además, Hockney ejecuta estos trabajos “con el menor número de pinceladas posible” y con una paleta limitada —a veces, de tan solo cuatro colores—.

El artista utilizó también la acuarela en el primer grupo de obras de East Yorkshire, realizadas del natural en Bridlington, con las que registró el paso de las estaciones. En la exposición se muestran 36 acuarelas de Yorkshire.