ESCENOGRAFÍAS
ESCENOGRAFÍAS

Un aspecto importante pero no demasiado conocido de la producción artística de David Hockney está ligado a sus escenografías. Su primer diseño lo realizó para la ópera El progreso del libertino (1951), de Igor Stravinsky, en 1975 ─en la imagen, podemos ver una de las maquetas originales (tinta y fotografía sobre cartón)─. A partir de entonces, el teatro se convierte en una gran influencia en su arte y en su concepción estética.

En sus escenografías, Hockney emplea un gran abanico de técnicas, como grabado, collage y pintura, medios que también aplica directamente sobre los objetos tridimensionales. Con frecuencia, realiza maquetas, que al principio tienen reducidas dimensiones. En 1981, diseñó las escenografías para tres óperas producidas por la Metropolitan Opera de Nueva York: Parade (1916–17), de Erik Satie; Los pechos de Tiresias (1947), de Francis Poulenc; y El niño y los sortilegios (1917–25), de Maurice Ravel; más tarde, ese mismo año, trabajó también con la Metropolitan en los diseños de tres óperas de Stravinsky: La consagración de la primavera (1913), El ruiseñor (1914) y Oedipus Rex (1927). Estas creaciones le influyeron incluso en su esfera personal, ya que, al poco tiempo, decidió pintar su casa de Los Ángeles de esos mismos colores, azules y rojos intensos.

En 1987, creó la escenografía para Tristán e Isolda, de Richard Wagner; en 1992 y 1993, diseñó la de Turandot, de Giacomo Puccini; y en 1993 y 1996, ideó la de La mujer sin sombra, de Richard Strauss.

 

Los colores brillantes, audaces, de estos trabajos, así como su gran dimensión, constituyen un anticipo de las pinturas de Yorkshire, que fueron realizadas algunos años más tarde y pueden verse en la exposición.

La llegada de la primavera en Woldgate, East Yorkshire, en 2011 (dos mil once) [The Arrival of the Spring in WoldgateEast Yorkshire, in 2011 (twenty-eleven)], una obra formada por 52 partes, 51 dibujos realizados con iPad y un óleo sobre 32 lienzos, puede considerarse como un desarrollo de esa visión escénica, ya que esta inmensa obra también presenta cierta cualidad cinematográfica.