
En las últimas cuatro décadas, Gerhard Richter (Dresde, Alemania, 1932) ha sido considerado como uno de los artistas más influyentes de nuestro tiempo, un reconocimiento que ha logrado sin haberse restringido a un estilo determinado. Su variadísima producción incluye tanto escultura como pintura, y su trabajo en este último ámbito va desde los paisajes hasta las abstracciones llenas de color o los cuadros grises monocromos. El modo en que Richter manipula las numerosas convenciones pictóricas refleja su interés por la naturaleza de la observación en sí misma y por los modelos perceptivos que empleamos para conceptualizar nuestro mundo.