La Exposición Internacional de Artes Decorativas condensó el deseo que muchos franceses tenían de promover el arte, el diseño y la arquitectura de estilo Art Déco como emblema de la élite europea. Muchos arquitectos modernos, como Le Corbusier, se oponían a aquellos valores de exclusividad, en algunos casos teñidos de frivolidad, impulsados por el Art Déco y propugnaban en su lugar una arquitectura democrática que contribuyera a la eliminación de las clases sociales y promoviera la igualdad social. Este tipo de debates resonaron con fuerza en un contexto donde las mujeres luchaban por la igualdad de derechos y, particularmente, por el derecho al voto, que no se consiguió en Francia hasta 1944. Las mujeres intentaban hacerse un hueco en los círculos artísticos, y lograron destacar en el diseño de moda, en la literatura y la filosofía gracias, en parte, a la creciente libertad y liberalidad de la sociedad de los “felices años veinte”.
Le Corbusier, Pavillon de l’Esprit Nouveau, construido en 1924. El edificio fue derruido en 1926 pero se erigió una réplica exacta en 1977 en Bolonia, Italia. © F.L.C. / VEGAP, Bilbao, 2016. Foto: ADAGP Image Bank