NANAS AL PODER

“Para mí, mi escultura representa el mundo de la mujer amplificado, las aspiraciones de grandeza de las mujeres, su papel en el mundo actual, el poder de las mujeres.”

Danzarinas o atléticas, grandes —e, incluso, gigantes—, algunas imponentes, otras sexis, las Nanas contienen la esperanza de un nuevo mundo que reconocería a la mujer todos sus derechos. Su presencia en el espacio público es simbólica. Libres de los estereotipos impuestos por la moda, sus cuerpos expresan una feminidad sin ambages, un feminismo sonriente, a imagen de la artista, cuya voz expresan: “Quiero ser superior: tener los privilegios de los hombres y conservar los de la feminidad, mientras continúo llevando hermosos sombreros”. Las Nanas fueron reproducidas en forma de globos hinchables, serigrafías, joyas y diferentes ediciones. Son las guerreras de la batalla feminista que Saint Phalle emprende, ejerciendo como pionera en esta reivindicación dentro del mundo del arte. Muchas de las Nanas también son emblema de los derechos civiles, una causa que Saint Phalle adoptó muy pronto: “Yo, ¿salvaje? Por fin, ella encontró la respuesta: una mujer en un mundo de hombres es como un negro en un mundo de blancos. Tiene derecho a negarse, a rebelarse. La bandera ensangrentada está en lo alto”.