Dibujos sin papel (ca. 1976–88)

Los Dibujos sin papel (ca. 1976–88) constituyen uno de los conjuntos de obra más complejos de Gego a nivel conceptual y suponen un punto de inflexión en su evolución artística. Estas esculturas minimalistas realizadas con alambre, fragmentos de metal reciclado y pequeños herrajes cuelgan del techo o del muro como si estuvieran dibujadas sobre la superficie vertical y en el espacio, y funcionan como construcciones sin papel y sin marco. Aquí se presenta una selección de piezas de esta serie que brinda a la artista infinitas posibilidades de modular el espacio. Con ellas también desafía el concepto de autonomía de la escultura al subordinar la obra al muro, atribuyendo así las cualidades bidimensionales del dibujo a la forma tridimensional.

Algunos de sus primeros ejemplos muestran planos dispuestos de tal manera que se proyectan hacia afuera, mientras que otros se estructuran en torno a simples líneas horizontales, verticales o entrecruzadas. En 1979 estas piezas comienzan a tomar forma de marcos cuadrados o rectangulares vacíos y, a comienzos de los años ochenta, Gego introduce estructuras circulares realizadas con mallas, hilos y alambre. A partir de 1984 su interés pasa a la representación de retículas deformadas o rotas, a través de composiciones geométricas de patrones lineales interrumpidos o inacabados. En sus últimos Dibujos sin papel, Gego opta por una escala más pequeña y elimina cualquier estructura que enmarque la obra, generando configuraciones de líneas deshilachadas en zigzag con excéntricas composiciones geométricas.