Yo y nosotros

Sala 206 y 207

En nuestra vida cotidiana, el diseño es una herramienta eficaz para hablar de nosotros mismos, mostrar nuestro sentimiento de pertenencia y lo que nos distingue de los demás. Hay una nueva generación de africanos que se considera de manera natural parte de una cultura global y que, por tanto, utiliza las redes sociales, los blogs y YouTube como escenario para la propia expresión. La fiesta y la diversión adquieren una dimensión política, al igual que sucedió hace cincuenta años, cuando la mayor parte de los países del continente lograron la independencia y fotógrafos como Malick Sidibé o Seydou Keïta retrataron los sentimientos de una nueva era.

En África, el desarrollo social y cultural no trata simplemente de copiar las tendencias que se dan en el mundo, tal y como han demostrado algunas florecientes subculturas, como la escena heavy metal de Botsuana o los sapeurs de la República del Congo. Ambos grupos emplean el estilo occidental, a través del cuero y las tachuelas o de elegantes trajes y sombreros panamá; sin embargo, los códigos estéticos son reinterpretados de una manera nueva, única, y de ahí surge una forma cultural genuinamente africana. La moda también es utilizada como vehículo para explorar las fronteras entre los sexos —pasando de la seducción a los roles de género— y supone un medio de expresión para las minorías sexuales.

La dimensión política inherente a todos estos trabajos a menudo se complementa con un enfoque social. Los edificios de Kunlé Adeyemi para Chicoco Radio muestran cómo la resistencia civil se puede manifestar en la arquitectura. Por su parte, en su serie de jarrones que siguen la estética de la porcelana china, la ceramista Lucinda Mudge aborda el miedo a la delincuencia, la desigualdad social y otros problemas que afectan a su Sudáfrica natal.

En el mundo por el que camino, me voy creando a mismo una y otra vez.

Frantz Fanon, Black Skin, White Masks, 1952

"En el mundo por el que camino, me voy creando a mí mismo una y otra vez."

Revista Clam

CLAM es una revista para hombres y mujeres que ofrece un espacio de expresión para ideas sobre moda, arquitectura, música, diseño, arte, ocio, viajes, emprendedores sociales y diseño africano. Para sus fundadores, la revista es un foro donde presentar y compartir imágenes, y donde se puede debatir sobre ellas.

Clam la publica en París Clam Studio, que desarrolla conceptos de imagen, diseño gráfico y publicidad para sus clientes. A lo largo de los últimos once años, la revista se ha publicado dos veces al año en Japón, EE. UU., Europa y Brasil. Se traduce a varios idiomas e incluye información y reportajes de un amplio abanico de personajes interesantes.

Según los fundadores, “la idea de la revista era simplemente hablar de las cosas que realmente nos gustan. Lo hacemos porque nos gusta hacerlo. No nos ocupamos de las tendencias. Pero supongo que sigue siendo una revista de moda, aunque en realidad es una revista sobre la creatividad, presentada de forma visual. También trata de los emprendedores sociales, la innovación y mucho más, pero todo se hace desde un punto de vista muy humano”.

J.D. 'Okhai Ojeikere: Peinados (Hairstyles)

El fotógrafo nigeriano J. D. 'Okhai Ojeikere trabajó en su serie Peinados durante varias décadas, convirtiendo las cabezas de las mujeres nigerianas en obras de arte.

A lo largo de más de cuarenta años, Ojeikere documentó la diversidad de los peinados de Nigeria en un total de aproximadamente 1.000 fotografías, creando un archivo histórico que ilustra la evolución estética del país y la gran diversidad cultural de su industria peluquera. Ojeikere realizaba sus fotografías en la calle, en oficinas y fiestas. Las imágenes siguen un método muy sistemático: son fotografías en blanco y negro siempre tomadas desde arriba, a veces de perfil. El contraste de las imágenes resalta tanto el elevado nivel de abstracción como el aspecto escultórico del peinado. A Ojeikere le gustaba contemplar a los creadores de estas obras de arte (los peluqueros) mientras trabajaban, y utilizaba las fotografías para transformar sus logros profesionales en esculturas.

Los distintos estilos son, en parte, puramente decorativos, pero con frecuencia están cargados de simbolismo: pueden reflejar particularidades del contexto social o cultural de la mujer. A fin de posibilitar la conservación no solo de la estética, sino también de la historia subyacente en la imagen, Ojeikere agregaba a sus fotografías la fecha y ubicación exactas en que se hicieron, el nombre de la modelo y el significado que el peinado tenía para ella. Las obras tienen un gran valor documental y estético, y generan un fuerte impacto fotográfico. Las imágenes de Ojeikere a menudo abren los ojos occidentales a una forma de arte anteriormente desconocida.

Mário Macilau: Momentos de transición (Moments of Transition)

Con su serie Momentos de transición (Moments of Transition), el fotógrafo Mário Macilau pretende retratar la búsqueda de identidad de los jóvenes mozambiqueños contemporáneos.

Todas las fotografías se tomaron en domingo, día en que la juventud de las ciudades se reúne para relajarse, y dispone del tiempo y la oportunidad de vestir a su gusto y hacer lo que quiere. El estilo de su atuendo es una mezcla que varía incesantemente entre moda urbana y ropa tradicional, en un contexto donde destaca la competencia sin fin; los que desean impresionar necesitan demostrar su elegancia constantemente. Con la elección de sus prendas y su actitud, los jóvenes de Maputo no solo quieren impresionar a los demás: su estilo les permite asegurarse su posición en el grupo mediante la creación de una identidad individual que dan a conocer al resto del mundo.

Este movimiento juvenil está muy influido por la moda y el estilo de vida occidentales. Los estudiantes que han vivido en Europa, al regresar a Mozambique llevan consigo las nuevas tendencias de la industria de la moda, y el floreciente mercado de segunda mano garantiza una demanda cada vez mayor de ropa europea. Sin embargo, el lenguaje visual de Macilau también rinde homenaje a la época dorada de la fotografía de estudio en África, que se desarrolla a mediados del siglo XX, creando un vínculo con una generación que:al igual que los jóvenes africanos de hoy en día- reivindicaba un futuro brillante y, por ende, adoptó un estilo que se correspondía con esas expectativas: la generación de los años sesenta y setenta, que celebraba su liberación del colonialismo.

MISWudé: Ceralogía (Waxology)

Ceralogía es el fruto de la colaboración entre la marca de joyería y moda MISWudé y el fotógrafo Fabrice Monteiro.

La joyería corporal se realiza con la ayuda de telas de algodón teñidas a la cera, que se cortan en tiras, posteriormente se tratan con diferentes técnicas y, por último, se trabajan para que adopten su aspecto definitivo. El material y la forma hacen referencia a las tradiciones de las artes y oficios de África, aunque la estética remite asimismo a los estudios de anatomía del siglo XVIII. Al mismo tiempo, los elementos de la joyería corporal juegan con el mismo erotismo sutil que suele ser típico de la sensual ropa interior de África occidental, que destaca y a la vez oculta el cuerpo. No obstante, la clave para la comprensión de la obra es el papel que desempeña la tela estampada a la cera (“wax”) que le da nombre. Esta tela, fundamental para la industria estética de la parte occidental del continente, es un símbolo de la inexistencia de la soberanía de África. Se trata de un producto de la expansión colonial que nunca fue fabricado en África y que, hoy en día, aún está vinculado con ella solamente en su consumo y en su proceso. La reinterpretación creativa y constructiva de la tela que se realiza en Ceralogía (cortada y reestructurada de nuevo) la libera de su contexto colonial, simbolizando así nada menos que la reinvención de una identidad estética africana.

Malick Sidibé: Nochebuena (Happy Club) [Nuit de Noël (Happy Club)]

Esta fotografía se tomó en la Navidad de 1963 en Bamako, probablemente muy avanzada la noche, según se infiere de las botellas vacías que pueden discernirse en el suelo, al fondo de la imagen. En el centro, una pareja africana baila. Ella está descalza y lleva puesto su mejor vestido; él calza mocasines y viste un elegante traje blanco. Sus cabezas están muy juntas, sonríen y bailan al ritmo de una música occidental, probablemente rock and roll o twist.

Esta llamativa foto rebosa intimidad, vitalidad y joie de vivre. Fue tomada a principios de la década de los sesenta por el fotógrafo Malick Sidibé en uno de sus recorridos por la vida nocturna de la capital de Malí, que se hallaba entonces en pleno apogeo. Sidibé es uno de los pocos autores que plasmó el floreciente estilo de vida de una generación nueva, segura de sí misma, compuesta por africanos liberados del colonialismo, apasionados de la moda occidental y las fiestas exuberantes: hombres larguiruchos con pantalones de campana perfectamente confeccionados a medida y zapatos de plataforma, que disfrutan de la compañía de hermosas mujeres que visten brillantes minifaldas y calzan sandalias a la última. El propio Sidibé formaba parte de esta nueva cultura juvenil y realizaba fotos de varias fiestas cada noche, las revelaba en su estudio durante la madrugada y las vendía, como rosquillas, al día siguiente. “La música nos liberó”, afirmó. “De repente, a los hombres jóvenes les estaba permitido acercarse a las chicas y tomarlas en sus brazos. Hasta entonces, aquello estaba prohibido. Todo el mundo deseaba que le hicieran una foto bailando así de cerca. ¡Y después querían ver las fotos inmediatamente!”.

Omar Victor Diop: Estudio de vanidades (The Studio of Vanities)

Con su proyecto Estudio de vanidades (The Studio of Vanities), Omar Victor Diop dirige la atención del espectador hacia el floreciente escenario artístico y cultural de Dakar, fotografiando a los más modernos artistas, diseñadores, creadores de moda y músicos de su generación.

El resultado es una colección de llamativos retratos individuales que cautivan por su encanto. Diop realiza una cuidada selección de sus fondos y diseños para realzar la personalidad de cada individuo y sus referencias culturales. Así, el color de la tela kenté combina a la perfección con el atuendo del diseñador de moda Selly Raby Kane, que posa con total naturalidad.

Los vestidos de la artista Mame-Diarra Niang y de la modelo Aminata Faye se funden con los motivos africanos del fondo. Con su estilo tan personal, Diop se une a la tradición de la fotografía de estudio de África, representada por profesionales de la talla de Malick Sidibé y Seydou Keïta. En sus creaciones, Diop rinde homenaje a su labor pionera, empleando técnicas contemporáneas. En vez de limitarse a tomar instantáneas impactantes de una generación joven y atractiva, Diop define las imágenes durante el proceso de creación del retrato, cerciorándose de tomar las decisiones relativas a la pose, el fondo y los accesorios en colaboración con la persona retratada. De este modo, Diop se acerca a la esencia de la persona, haciendo así justicia a la multiplicidad y a la energía de la escena cultural contemporánea de Dakar.

Wangechi Mutu-El fin de comerlo todo

Este cortometraje de animación se titula El fin de comerlo todo y es una colaboración entre la artista visual nacida en Kenia Wangechi Mutu y la irrefrenable creativa Santigold.
En este cortometraje, una figura femenina inspirada en la Medusa e interpretada por la cantante norteamericana Santigold flota sobre un paisaje posapocalíptico. Al cruzarse con una bandada de pájaros, la figura lo empieza a devorar, mientras gradualmente se hace visible su monstruoso cuerpo palpitante, cubierto de lesiones. De él brotan extremidades humanas y piezas de maquinaria, y sus poros expelen un humo venenoso. Al final, la figura implosiona, dando lugar a numerosas cabezas de mujer. Este monstruo simboliza el planeta Tierra y el insaciable consumo de la sociedad moderna.
La película combina algunas de las invenciones creativas más importantes de Wangechi Mutu hasta la fecha. Estas incluyen su serie Tumor de 2005, en la que utilizaba el cáncer como metáfora del estado actual de nuestra existencia. Asimismo, en El fin de comerlo todo la criatura-planeta está perdida en una atmósfera contaminada, y su voracidad le conduce a la autodestrucción.