ana mendieta 3

Documentación y reiteración

La exploración de la relación entre la naturaleza y yo que realizo a través de mi arte es el resultado evidente de haber sido arrancada de mi tierra en mi adolescencia. Realizar mi silueta en la naturaleza crea la transición entre mi patria y mi nuevo hogar. Es parte de la forma en que reclamo mis raíces y me fundo con la naturaleza. Aunque la cultura en la que vivo es parte de mí, mis raíces y mi identidad cultural son resultado de mi herencia cubana¹.

A comienzos de los años setenta los artistas comenzaron a adoptar la performance como forma de arte que podía existir más allá de las paredes de las galerías. Cómo grabar y re-presentar eventos en directo se convirtió en una preocupación importante, y documentar el hecho a través de fotografías, películas o vídeos se convirtió en un aspecto fundamental del arte de la performance. En algunos casos, las obras que sólo existían en un instante dependían de la permanencia de las imágenes que transmitían su significado y su propia existencia. Para muchos artistas, estos documentos adoptaron la función de reliquias: objetos cuyos significados están íntimamente ligados a una experiencia que siempre es pasada.

Las fotografías de Ana Mendieta (La Habana, 1948-Nueva York, 1985) documentan performances escultóricas privadas realizadas en el paisaje para invocar y representar el espíritu de renovación que inspira la naturaleza y el poder de lo femenino. En su serie Siluetas, que comenzó en 1974, grabó y dio forma a su propia figura en la tierra del Estado de Iowa y de México, dejando el rastro de su propio cuerpo mediante flores, ramas, barro, pólvora y fuego. La tipología de las Siluetas incluye figuras con los brazos extendidos sobre la cabeza para representar la fusión del cielo y la tierra; otras que flotan en el agua simbolizando el espacio mínimo entre la tierra y el mar; y otras con los brazos hacia arriba y las piernas juntas que representan el alma errante. En muchos casos, el cuerpo en sí mismo está ausente pero sus restos permanecen, rastros insertos en el paisaje que recuerdan a la compleja naturaleza de la fotografía como objeto cautivo entre la presencia y la ausencia de su tema. Ya en 1978, las Siluetas dieron paso a formas de antiguas diosas grabadas en rocas, formadas con arena o incisas en arcilla.

Exiliada de Cuba, Ana Mendieta fue enviada de su tierra natal a un orfanato de Iowa a los 12 años. Esta experiencia traumática tuvo un tremendo impacto en su obra. Creía que su arte, su interacción con la naturaleza y su trabajo en el paisaje le ayudarían en su transición de su patria a su nuevo hogar. Fusionando su interés por los rituales afrocubanos y la santería panteísta con prácticas estéticas contemporáneas como el arte de la tierra (Land Art), el arte del cuerpo (Body Art) y la performance, logró mantener sus vínculos con su herencia cubana.

Nota
1 Notas de Mendieta sin publicar, recogidas en Charles Merewether, "From Inscription to Dissolution: An Essay on Expenditure in the Work of Ana Mendieta", cit. en Coco Fusco (ed.), Corpus Delecti: Performance Art of the Americas, Routledge, Londres, 2000, pág. 131

Preguntas

  • ¿Qué nos dicen las fotografías sobre los intereses de Mendieta? ¿Qué ven y qué les provoca decir?
  • Estas fotografías pertenecen a la serie Siluetas. ¿Qué es una silueta y cómo se relaciona con estas imágenes?
  • Las obras de Mendieta integran muchas categorías diferentes de arte, como el arte del cuerpo, el arte de la tierra, la performance y la fotografía. Pida a sus alumnos que consulten la definición de cada una de ellas y expliquen de qué forma encaja la obra de Mendieta en ellas.
  • El trabajo de Mendieta se basaba en objetos y acciones efímeros, es decir, que sólo duraban un corto lapso de tiempo. ¿Por qué un artista querría crear una obra temporal? ¿Por qué crearía una obra cambiante? Pregunte a sus alumnos si creen que es importante que Mendieta utilice la fotografía para documentar sus actividades.