Paisajes que cobran vida

 
Parte del objetivo de este programa consistía en favorecer la calma a través del arte, aumentando la tolerancia a la frustración y la motivación entre los escolares. Mediante la observación de los pausados procesos de la naturaleza, los cambios de color en los paisajes y los ciclos de vida de los animales, se comprendió la importancia de tomarse un tiempo y de cultivar la paciencia.

Los escolares comenzaron con un breve recorrido histórico sobre la temática de la naturaleza en la obra de diversos artistas. También se tuvieron en cuenta en este enfoque los animales fantásticos, así como las emociones vinculadas a los diversos colores del paisaje. En primer lugar, combinando planos de diferentes tonos, experimentaron con distintas formas de generar paisajes. Se recalcó la importancia de la síntesis y la abstracción, haciendo especial énfasis en el uso de colores sólidos o masas cromáticas. Además, se ensayaron las más diversas formas de pintar, recortar y recombinar papeles.

Posteriormente, incluyeron la presencia de animales con la técnica del pop up: los elementos desplegables que aparecían sobre la imagen rasa del paisaje aportaban movimiento a las composiciones. Se crearon escenarios que en cierta forma cobraban vida con las imágenes tridimensionales de la fauna que sobresalían del plano.
Por último, se elaboró un diseño escenográfico o diorama con profundidad. Esta propuesta artística de carácter colectivo pretendía mejorar la convivencia y fortalecer el trabajo en equipo, incidiendo especialmente en la paciencia y el tiempo de espera necesarios para generar un proyecto colaborativo. También se reforzó de manera positiva la relevancia de cada una de las etapas del proceso creativo.